La Revolución Francesa estalló en el año 1789, concretamente en París. En aquel momento, Luis XVI ocupaba el trono. Este acontecimiento histórico supuso el fin de un mundo, también conocido como Antiguo Régimen, y a su vez, el comienzo de otro, que en cierto modo mantiene muchos de los valores de la actualidad.
Luis XVI se tuvo que enfrentar a una situación totalmente distinta, en la cual, la población perteneciente al tercer estado exigía un nuevo modelo político. Estas personas, defendían la razón y la libertad, alejando todo lo relacionado con la tradición y la religión. Sin embargo, este monarca nunca llegó a comprender estos pensamientos.
Por tanto, esta Revolución dio lugar a gran cantidad de conflictos y contradicciones, que ya existían tiempo atrás en Francia. El estado francés fue en aquel momento un signo de referencia para otros países; puesto que surgieron conceptos totalmente desconocidos hasta entonces. Se creó entonces un Estado de ciudadanos,en los que todos eran reconocidos por igual, y la burguesía ascendió al poder.
Con estos cambios tan radicales se inició una nueva época, muy distinta a la anterior, pero más parecida a la habitual. La Revolución suponía para muchas personas un anuncio de que todo iba a ir mejor, logrando la libertad. En la Historia de la humanidad, este proceso significó la eliminación de la sociedad estamental.Los revolucionarios franceses no sólo crearon un nuevo modelo de sociedad y estado, sino que, además crearon un nuevo pensamiento. Por ello, la Historia Contemporánea comienza con la Revolución Francesa, porque fue el gran paso a la sociedad que tenemos en la actualidad, cuando se empezaron a defender los ideales que tenemos hoy en día. De no ser por todos esos revolucionarios que defendían la razón y la libertad, ¿habríamos llegado a la situación actual?
Toma de la Bastilla.